lunes, 5 de enero de 2009

Lecciones de política I

"Hoy me di cuenta que lo que escribí ayer en realidad lo escribí hoy:
todo lo del treintaiuno de diciembre lo escribí el uno de enero, es
decir hoy, y lo que escribí el treinta de diciembre lo escribí el treintaiuno,
es decir ayer, lo que escribo hoy en realidad lo escribo mañana, que
para mí será hoy y ayer, y también de alguna manera mañana: un
día invisible, pero sin exagerar."

Juan García Madero

La otra noche recordaba lo acontecido durante las navidades antepasadas. Uno de mis tíos, en derroche de verbalidad tequilera, dijo que el problema con la democracia eran los que vivían de ella, me miró de soslayo y dibujó un gesto socarrón (la palabra socarrón me parece una belleza y el significado más, ya que socarronear requiere de una habilidad chingonanomamadas), yo le dije que quizá era cierto, que probablemente era cierto, o que parcialmente era cierto, algo así respondí, pero también le dije que el problema con las dictaduras era el mismo, o sea, los que vívían de ellas..digamos tres, o dos, o uno. Ahora pienso que no debí decirle eso, ni vomitarle la regadera antes de engullirme su mejor tella de tinto. Yo, como buena persona respetuosa de las instituciones, hubiese dejado que un polecía hiciera su trabajo y nos separara a mitad de la calle mientras le mordía una oreja.

¿Y el problema con las Monarquías?- dijo mi carnala
-El pedo con esas hermana mía son las coronas y comer con cubiertos.
-Y usar sostén diario.-Agregó una tía.
-¡Eso eso, veo que entienden la lección!

Entonces continué explicando algunas cosas de ciencia política (yo que soy literato), ya que nada mejor que una navidad en familia para hablar del asunto. Expliqué que la diferencia entre comunistas y democrátas era que los primeros comían niños y los segundos decidían en una asamblea cómo chingados sazonarlos. Pero que no había pedo, que tampoco era necesario ponerse muy intolerante con el asunto, digo, a cualquiera le dan ganas de comerse a un escuincle escandaloso y neoliberal, que no?